Adoradores – Y. Rodríguez

Adoradores – Y. Rodríguez

La adoración comienza en lo cotidiano, es algo del diario vivir, es un encuentro de todos los días. La adoración en espíritu y en verdad es un nuevo tiempo que conjuga en sí un futuro que está viniendo y un presente actuante entre nosotros. Los samaritanos tenían la esperanza escatológica del Mesías, que la mujer samaritana manifiesta al decir “sé que el Mesías volverá” (Jn 4: 26). Jesús transforma ese futuro en un presente que “ya ha llegado”. Jesús parte de las esperanzas de la mujer y del pueblo, responde al pasado, clarifica la causa de desencuentros y abre a un futuro de vida plena. El texto presenta la novedad de que Jesús que viene al encuentro de cada persona en el lugar y en la situación en que se encuentra.

La adoración es un nuevo culto que presenta Jesús y que la mujer samaritana desconoce, no está ligado a ningún espacio geográfico. La adoración que trae Jesús es la acogida de su palabra, que es su misma persona, ante un mundo en el que hay cansancio, sed, muerte, marginaciones, violencias, divisiones y exclusiones basadas en la cultura, raza, género, clase social y religión. La adoración tiene que ver con dignificar y hacer justicia al otro, como lo hizo Jesús con la mujer samaritana.

La adoración es un estilo de vida y coherencia con la verdad de Jesucristo, no se limita a ritos, tradiciones o lugares; más bien significa hacerse uno con Dios y centrar nuestra vida en Él.