Conexión – Abiud Fonseca
Desde los fundamentos originarios de la vida, narrados en los relatos creacionales en Génesis, se puede discernir que uno de los grandes propósitos de Dios fue que vivamos en conexión.
El huerto llamado Edén es un ejemplo de esto: Dios estuvo en conexión con el ser humano hablando desde el jardín, el ser humano en vínculo con la tierra, de donde provino; los animales recibieron nombre por el ser humano y vienen también de la tierra.
Y, como dice la Biblia, a pesar de que esta conexión se desgastó por el deseo humano de querer ser más de lo que podía ser; gracias a Jesucristo y a la fe que podemos verter en él, nuestras conexiones volvieron a tener la posibilidad de ser restauradas, para así gozar de la vida eterna.
El lugar óptimo para vivir esas conexiones es la iglesia, porque allí habitan quienes han conocido y experimentado el vínculo por excelencia: el amor de Dios. Es por eso que en Capilla del Valle creemos que lo que nos hace ser hermanos y hermanas es la presencia de Dios, quién es amor, la conexión perfecta.
Vivamos siempre buscando restaurar nuestras relaciones; generando nuevos lazos; pero, sobre todo, experimentando esa conexión, que cada vez debe ser más cercana, con Dios.