El propósito de la Palabra – Abiud Fonseca
No tengas tu Biblia solo como un adorno. Léela, siéntela, escúchala, encuéntrate con esa Palabra para que te diga ese mensaje que tiene para ti. Los profetas solían decir: Vino a mí Palabra de Jehová. Así también, busca que venga la Palabra a ti, para que afirmes con confianza: Vino a mi vida. Vino a mi soledad. Vino a mi decepción. Vino a mi enfermedad. Vino a mí la Palabra de Dios.
En nuestro acercamiento a la Biblia debemos ser conscientes de que la Palabra de Dios está diciendo algo. Nos está diciendo. Y está en nosotros ponerlo en práctica. Porque Dios sigue emitiendo su voz en esta Palabra. Él no se ha callado. En la Biblia está el mensaje que tú necesitas hoy.
Si tienes tu Biblia, pero la Palabra de Dios ya no te dice nada, quizás sea porque has dejado que tu fe no te permita tener la suficiente capacidad para oír a Dios diciéndote que su Palabra es para ti.
No dejes que la Palabra solo hable, pero ya no te diga nada.
Saber muchos versículos bíblicos, pero no dejar que estos hagan un cambio en tu vida, es optar por una Palabra que solo habla, pero que nada nos dice.
Usar a la Biblia para satisfacer nuestros intereses, e incluso para violentar contra el prójimo, es asumir que Dios algo está hablando en la Biblia; pero que eso que habla, no tiene mayor relevancia. Es negar que Dios nos dice mensajes directos, interpelantes y edificantes. Es pretender callar a Dios con el fin de intentar que la Biblia solo diga lo que uno quiere.
Leer la Biblia por seguir un programa que te han mandado u obligado a seguir, o para enorgullecerte de que has leído una, dos, tres o más veces la Biblia; pero negarse a cambiar las conductas ofensivas, y seguir menospreciando, oprimiendo, acusando, juzgando, discriminando; es considerar que Dios habla al vacío, y que no tiene nada qué decirnos.
El propósito de la Palabra es que Dios nos diga algo transformador y liberador.